'Vidas perfectas' - La madrastra


Al igual que ya lo era el original de Olivier Masset-Depasse, este remake norteamericano de 'Instinto maternal' es un cruce entre melodrama y thriller algo desconcertante. Es cierto que en gran medida ahí reside su gracia, si bien al igual que el no menos orgulloso filme de 2018 'Vidas perfectas' no aparenta estar del todo cómoda con su condición de ejercicio de estilo.

Prueba de ello es la elección de Jessica Chastain y Anne Hathaway como protas, quienes con su sola presencia sostienen un castillo de naipes diseñado para depender de la presencia de dos actrices de su nivel. Y es que por más que la mona se vista de seda y haya quien mencione a Alfred Hitchcock, sus referentes son más cercanos a los de 'Falsa identidad' de Harold Becker.

Siempre me acuerdo de aquel filme de 2001 que no se sabe muy bien por qué John Travolta protagonizó en el mejor momento de su carrera. Un thriller del estilo a 'El padrastro' (o su remake) del que no cabía esperar más que lo mismo que de 'Vidas perfectas': Una suerte de telefilm de lujo cuya aparente seriedad rezuma cierta complicidad guasona para el fan del género.

Esa sensación de no saber hasta qué punto hay que tomársela en serio o en broma. De hasta que punto la película termina o no de estar a gusto consigo misma y con una solemnidad de tintes paródicos a la que Jessica Chastain, Anne Hathaway o en su momento John Travolta aportan un 'glamour' que actúa como alimento para esa duda, bendita o terrible duda hasta el final.

Se podría decir que 'Vidas perfectas' ni es ni deja de ser una película, siendo un elegante thriller psicológico de videoclub que funciona, a su manera, como un pasatiempo intrigante y adictivo por cuanto no deja del todo claro hasta qué punto se trata de hacer un buen o un mal thriller. O hasta que punto, siendo un remake, es una decisión consciente o accidental. 


Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex

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