'Mr. Bates contra Correos' - Servicio público

El arte de contar historias se basa en la manipulación. Es el fundamento básico, tanto del cine como de la televisión. Especialmente cuando se trata de historias reales. El narrador elige el punto de vista y lo que vemos y no vemos; elige el tono, más ligero o más dramático; y sobre todo suele posicionarse de alguna manera, eligiendo quiénes son los buenos y los malos...

A veces son elecciones naturales, lógicas y orgánicas. Como ocurre en el caso de 'Mr. Bates contra Correos', una miniserie basada en hechos reales natural, lógica y orgánica. El Sr. Bates y sus congéneres son los buenos, mientras que Correos representa el "mal". Y a lo largo de sus cuatro episodios esta miniserie escrita por uno y dirigida por otro hace hincapié en esto.

Con razón cabe añadir. A los hechos me remito, por más que sea subrayar lo evidente: la sempiterna batalla del hombre contra el sistema. El leitmotiv es claro. No admite dudas: cuando el hombre de a pie es pisoteado por alguna organización poderosa, en este caso con el agravante de ser pública. Es obvio, claro, meridiano, pero tampoco es que haya otra opción.

'Mr. Bates contra Correos' puede que sea manipuladora, tendenciosa, manifiesta y complaciente. Por supuesto que lo es... pero en el buen sentido y de manera natural, lógica y orgánica. De manera pragmática, concisa y altamente concreta. Directa y al grano, dejando claro desde el principio de dónde parte y hacia dónde se dirige. "Be simple, be direct. Nothing fancy..."

Si bien 'Mr. Bates contra Correos' es lo que cabe esperar, sorprende por la suma eficacia y elegancia con la que se pliega a una historia que apenas adorna, una historia que habla tan bien por sí misma, que sus responsables, a efectos prácticos, se limitan a no entorpecerla para que fluya desde el punto A al punto B de manera natural, lógica y orgánica (repito por tercera vez).

'Mr. Bates contra Correos' es un gran ejemplo de narrativa sencilla, directa y transparente para el público de a pie. Para el "hombre" susceptible de ser víctima de cualquier "sistema". Esa indefensión es la clave de una miniserie que funciona a las mil maravillas cómo y cuando debe, atendiendo a esa rama de la ficción que se considera y consideramos un servicio público.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex