'Bellas Artes' - El arte es así


La semana pasada definía a 'Muertos S.L.' como una serie simpática, ágil y entretenida, idónea para ver entre horas. Lo mismo se puede aplicar a 'Bellas Artes', otra comedia "de oficina" ambientada en este caso en un museo de arte contemporáneo en lugar de en una funeraria. La única diferencia relevante entre ambas, es que la que ahora nos ocupa no es tan coral y pivota casi en exclusiva en el personaje de Oscar Martínez.

Un cascarrabias marca de la casa que recuerda al Luis Brandoni de 'Nada', no por casualidad otra creación de Mariano Cohn y Gastón Duprat. Los también responsables de 'El encargado' reinciden en esa irrevente y jocosa "mala leche" que han convertido en su santo y seña para, valiéndose del Quijote incorregible que encarna Martínez, reírse de todo tipo de temas que puedan tener cabida entre las cuatro paredes de un museo.

'Bellas Artes' está descrita como una comedia de seis episodios de 30 minutos que, a través de una serie de historias y personajes en torno a la gestión de un museo de arte contemporáneo, muestra un reflejo descarnado de la sociedad y permite reflexionar acerca de los problemas y las contradicciones del mundo actual. Tan sencillo, claro y directo como elocuente, como en el caso de la citada 'Muertos S.L.'. Sólo que con acento argentino.

De nuevo, no hay ni más ni tampoco menos: Sus responsables se esfuerzan en hacer un pasatiempo agradable, jovial, dinámico y de muy fácil visionado. Cargada de una mala leche abierta a dar palos a cualquiera que se ponga por delante, nos queda una serie simpática y divertida al 50% que se hace fuerte en el absurdo cotidiano del día a día: Porque al igual que los humanos o el propio mundo, el arte puede ser algo realmente absurdo.

'Bellas Artes' no es ni arte ni absurda, pero se vale de las dos para seguir agrandando la leyenda de los mencionados Mariano Cohn y Gastón Duprat, maestros de la "comedia incómoda" pero galante cuya obra, como en este nuevo caramelo llamado 'Bellas Artes', suele girar en torno a los caprichos, hipocresías y prejuicios del mundo de las artes. Con pragmática sencillez, eficacia costumbrista y honesta mala leche.


Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex


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